sábado, 13 de septiembre de 2014

Recientes investigaciones científicas

Dicen que los neandertales se sentían atraídos por los signos de pertenencia y exclusividad. Dicen que los neandertales son ante todo seres humanos. Luego, por tanto, se puede decir que son igual de estúpidos que nosotros y se sentirían irrefrenablemente tentados de demostrar su pertenencia a algún grupo específico o tribu a la primera de cambios.

En concreto, el titular periodístico sostiene la posibilidad de la existencia de algún tipo de marca (entendida ésta en un sentido amplísimo) que delimitase la pertenencia a un determinado colectivo. Por supuesto, el periodista, aburrido de la habitual crónica científica, encontró un hecho especialmente llamativo en la noticia: ¿no podría tratarse ese signo distintivo de un tatuaje? Es decir, en una hábil comparación etnoarqueológica, hemos de suponer que los neandertales se tatuaban sus fornidos (y, ¿por qué no?, peludos) brazos con un ancla marinera o un amor de madre solo para mostrar su pertenencia y lealtad a sus compañeros (y compañeras, por lo de la igualdad) de cueva.

Otra noticia es más inquietante. Al fin y al cabo, los hechos del pasado son solo eso. No es necesario recurrir a la sabiduría ancestral de eso que llamamos pueblo para saber, a ciencia cierta, que agua pasada no mueve molino. Es ésta una verdad como un puño. Por lo tanto, podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que no tiene mayor trascendencia saber que los neandertales pueden ser igual de estúpidos que los humanos anatómicamente modernos con todas las letras. El problema es si la ciencia escribe el futuro…

Los primeros resultados de las investigaciones desarrolladas en el laboratorio coreano Seuponji Sillika Ga han despertado las alarmas más suspicaces de los comités éticos de investigación científica de todo el mundo. Al parecer, a la vista de los datos ofrecidos por los estudiosos coreanos, el laboratorio podría estar desarrollando algún tipo de vida basada en el silicio. En cualquier caso, se habrían superado otros ensayos en los que el silicio sí actuaba como un componente estructural de un ser vivo. De acuerdo a las noticias llegadas desde Corea, en este caso el silicio tendría un papel protagonista en el proceso metabólico. La descripción de “esto” es, por lo menos, preocupante: se trataría de una operación de ingeniería nano – bio – tecnológica cuyo resultado se ha traducido en un complejo molecular formado por la adición de partículas elementales de silicio. El ciclo vital de estas formas nano – biológicas comienza con la unión de determinados elementos hasta formar un ser complejo que posteriormente, por el habitual desgaste vital, ve reducida su masa y vitalidad. La única forma de perpetuarse es mediante el acoplamiento a otra estructura para formar un todo más complejo. A la espera de nuevas declaraciones, éstas son las únicas informaciones que han trascendido desde Seúl.

Noticias más felices nos llegan desde la India. Según recoge en su página Web Calcutta Post, una antigua estrella local de cricket ha patrocinado el desarrollo de una máquina que, en momentos de duda, permite adoptar las mejores soluciones posibles con un índice de error mínimo. Es tal la fiabilidad del invento, que sus desarrolladores han decidido bautizar su invento con un grandilocuente “máquina de la felicidad”. El mecanismo, según explicaban medios cercanos al jugador de cricket recogidos por los redactores del Calcutta Post, es extremadamente sencillo: el usuario debe incluir todas las posibles decisiones a adoptar; en segundo lugar, la máquina lanza una serie de cuestiones en torno a unas variables constantes que el usuario debe responder; con los datos aportados y de acuerdo a unos valores estándar que, según los creadores, definen la felicidad, la máquina ofrece cuál es la mejor decisión a adoptar de acuerdo a una serie de complejos cálculos estadísticos.

Según informa el rotativo indio, al ser preguntados los inventores por esos valores que definen la felicidad, los científicos declinaron responder más preguntas y se remitieron a la información contenida en la escueta nota de prensa remitida a los medios.

Luis Pérez Armiño 

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