sábado, 2 de noviembre de 2013

Jane Wright vs. Mary Hem. Razón, pasión y sentimiento (II)



Diferencias fundamentales para entender algunas desavenencias: todos establecemos nuestro propio corpus de leyes y obligaciones, tanto para con nosotros mismos como para con los demás. Es un hecho irremediable en cualquier existencia humana sujeta a unos mínimos condicionamientos sociales. De esta manera, la peligrosa, venenosa y mortal jungla humana se hace un poco más llevadera. Tanto Jane como Mary recitaban de memoria sus propios decálogos:

  1. Amarás a Dios sobre todas las cosas: para Jane, ese ser divino, apolíneo y perfecto, es James Redneck; para Mary, Dios se resume en un ente de cierta abstracción omnipotente, etéreo pero muy presente: la compañía, Public Felt Paper Co.
  2. No dirás el nombre de Dios en vano: Jane no permite ninguna crítica hacia James o sus decisiones. Todo lo que hace y dice es perfecto por definición. Para Mary, si bien existen las irregularidades mejorables en Public Felt Paper Co., la compañía representa la mejor opción para dirigir los destinos del mundo de la cartonología.
  3. Santificarás las fiestas: mediante la dedicación exclusiva y carnal a James (en el caso de Jane); o mediante la entrega de horas libres, festivos y días de asuntos propios a la resolución de cuestiones propias de la compañía (hablamos de Mary).
  4. Honrarás a tu padre (sólo existe un hombre para Jane y éste es James. Ni padres, ni hermanos, ni primos ni amigos. Cualquier otro contacto con un hombre es considerado por la secretaria como alta traición) y a tu madre (Publico Felt Paper Co. es el alma mater y redentora de Mary, su sustento y su fuente de inspiración).
  5. No matarás: excepto si te lo solicita James (Jane) o la Compañía (Mary).
  6. No cometerás actos impuros: con otro que no sea James, añadiría la calenturienta Jane mientras se relame sus delgados labios y se retuerce de placer; para Mary, este cometido se restringe a las horas de dedicación exclusiva al trabajo de la empresa. Fuera del horario establecido, se consiente y se anima cualquier tipo de devaneo o escarceo sexual con el Sr. Hem.
  7. No robarás: nos remitimos al quinto mandamiento (No matarás).
  8. No dirás falsos testimonios: de nuevo, sin querer entrar en más disquisiciones inútiles, nos remitimos tanto al punto quinto como al séptimo de esta relación de órdenes o mandamientos.
  9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros: es algo inconcebible. Para Jane, esta referencia es exclusivamente carnal. Nunca pasaría por su cabeza la más mínima infidelidad a su adorado James. Para Mary la lectura es paralela aunque traducida a términos laborales y productivos respecto a la empresa que le da de comer. Ninguna deslealtad hacia la Compañía, ni en pensamiento, palabra, obra u omisión.
  10. No codiciarás los bienes ajenos: sencillo y conciso, breve y preciso. Todo debe ser entendido y concebido con un único objetivo; cualquier acción o producción debe buscar un único beneficiario: James (en el caso de Jane) o Public Felt Paper Co. (si nos referimos a Mary).

Es evidente, a la vista de los puntos observados, que Jane y Mary se odian. Y ese odio es alimentado tanto por James como por la Compañía, sedientos de la sangre de sus fieles y de sus comparsas enfrentadas en cruel batalla. Sin prisioneros. 

Luis Pérez Armiño


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