Durante
unos habituales trabajos de desbroce de monte bajo en la antigua región
conocida como Valencia (en alguna documentación aparece referida como Comunidad
Valenciana) se ha localizado una estructura que despertó la curiosidad de los
trabajadores. Inmediatamente dieron noticia a la correspondiente delegación
territorial de arqueología, alertados ante la posibilidad de un hallazgo de
potencial valor histórico y patrimonial.
Desde
la oficina territorial se tomaron las medidas oportunas ante la posibilidad de
un nuevo hallazgo arqueológico activando el correspondiente protocolo. Se valoró
la creación de un equipo que valorase la pertinencia del inicio de trabajos de
investigación en la zona; un segundo equipo se ha encargado, como paso
preliminar, de documentar toda la región en busca de referencias que puedan
aportar algo de luz sobre posibles formas de vida pasadas en los puntos
geográficos donde se han realizado los hallazgos. Siendo estos trabajos previos
satisfactorios, la delegación territorial decidió el envío de un equipo que
debía documentar in situ la
relevancia del potencial yacimiento arqueológico.
Imagen I |
Los
primeros informes han resultado altamente satisfactorios, aportando una
valiosísima información gráfica sobre la presencia de unas extrañas
estructuras, de origen antrópico, sin que todavía podamos esclarecer con
seguridad su posible función a la espera de futuras investigaciones.
Los
arqueólogos decidieron realizar una remoción superficial del terreno
localizando huellas de una posible estructura que revelaría una antigua
construcción. Como se puede observar en la documentación gráfica aportada
(Imagen 1), se trataría de alguna construcción de planta circular enmarcada por
un perímetro cuadrado en el que se ha comprobado la existencia de cuatro
pequeños orificios que se corresponderían con las esquinas. A partir de la
huella es posible deducir que se trataría de algún tipo de elemento circular circundado
en todo su perímetro por una estructura defensiva. De similar interés es el
hoyo documentado justo en el extremo norte de la primera estructura
documentada: se trataría de un pequeño agujero rellenado posteriormente. No es
posible, sin embargo, establecer una relación cronológica fiable entre estas dos
evidencias.
Imagen II |
Dada
la entidad del hallazgo, los arqueólogos decidieron realizar una nueva cata.
Para ello, se trasladaron, dirección norte, a una distancia de un metro o dos
de la prospección previa. A nivel superficial, de nuevo, se localizó una estructura
similar a la referida anteriormente (Imagen 2): un perímetro cuadrangular, con
un pequeño orificio en cada una de sus esquinas y, en su lado norte, más
difícilmente perceptible, evidencias de una cavidad de sección circular
rellenada intencionalmente. De nuevo, no existe una relación cronológica
evidente entre estas dos estructuras. A diferencia del primer hallazgo, no ha
sido posible, a simple vista, distinguir una estructura circular interna. Por
otra parte, el círculo colmatado situado más al norte parece haber sido
protegido en su perímetro norte por una potente estructura de sección cuadrada
(aunque resulte aventurado, podría tratarse de algún tipo de pórtico o entrada
monumental).
El
potencial valor documental de estos hallazgos, sin duda, hace recomendable la
continuación de los trabajos de investigación en la zona. Por el momento, se
han localizado dos estructuras de origen antrópico y de una simetría
sorprendente. No disponemos de más datos que puedan arrojar algo de luz sobre
su posible apariencia, aparte de los ya referidos, y mucho menos sobre su
función. La ampliación de los trabajos de prospección, para delimitar la
potencia del yacimiento, y los correspondientes trabajos de excavación podrían
arrojar algo de luz sobre el que puede ser unos de los mayores descubrimientos
de la arqueología en los últimos doscientos años.
Luis Pérez Armiño