miércoles, 10 de abril de 2013

Adiós amigo



Hoy es un día aciago para el cada vez más reducido grupo de intelectuales de España. José Luis Sampedro falleció en la madrugada del domingo al lunes. Con esa personalidad que le caracterizaba quiso irse “sin hacer ruido”, y por ese deseo cumplido fue que la noticia nos ha llegado el día de hoy.

Hombre elegante, culto y comedido, como catedrático de economía supo ver las carencias, despotismo y crueldades del sistema actual; criticándolo con energía y animando al pueblo, a quien consideraba tenía el verdadero poder, a rebelarse contra los abusos. Sampedro expuso que los “ismos” no eran buenos, pues todo aquello que se acerca a una postura radical no puede hacer bien. Su crítica sobre la decadencia de occidente, el neoliberalismo y el capitalismo salvaje, fue una base esencial para aquellos que queríamos luchar contra ello, pero se ha muerto el caudillo ¿Quién abanderara ahora la causa?

Miembro de la Real Academia Española, Sampedro, con tu muerte nos hiciste flaco favor, y sí, te critico por ello, pues ya llevabas mucho tiempo anunciando que querías “hacerte a la cuneta”. No quiero ni pensar, que a lo mejor me equivoco, a quién pondrán en tu lugar. Simplemente reflexiono en el hecho de que algo tan popular, ordinario diría yo, como la Wikipedia dedique un artículo bastante más extenso a Mariano Rajoy que a ti; me pone los pelos como escarpias y me hace plantearme sobre el mundo en que vivimos. Tu silla será ocupada, ojalá me equivoque, por alguien que no te llegue ni a la “a”. Pero tú ya estás en otro sitio.

No quiero extenderme más, me hace daño hablar sobre este asunto. Simplemente, como amante que fuiste de la Grecia clásica, solo digo que ojalá podamos conocernos en el reino de Hades. Has cruzado el Aqueronte y has conocido a Caronte. Me gustaría prometerte que tu legado pervivirá eternamente, pero gobiernan sátrapas, sátrapas del dinero, y hemos demostrado no saber cómo luchar contra ellos; y ya no estás tú para orientarnos.   

Hoy me hubiese gustado dedicarte bellas palabras, hacerte algo emotivo; pero con sinceridad no tengo cuerpo. Perdón te pido, pues te has de conformar con estas toscas y directas palabras que han de ser mi despedida. Yo seré uno de esos que te echarán de menos, y por ello estoy enfadado contigo, porque no nos diste todo lo que tenías y créeme que en estos momentos lo necesitamos. Buen viaje José Luis Sampedro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario