domingo, 23 de septiembre de 2012

Carta a la Serenísima República de San Marino



Estimados Sres. Capitanes Regentes, los que corresponda, de la Serenísima República de San Marino:

En primer lugar espero que disculpen toda omisión a una posible presentación de mi persona. Considero que la firma de esta misiva es motivo suficiente para darme a conocer ante Uds. y así poder exponerles mi petición que, a continuación, procedo a relatar haciendo hincapié en las causas que me llevan a la postulación que vengo a reclamar, si tienen a bien, de su parte.

Exposición de motivos

Podría afirmar con toda seguridad que Europa vive una época de angustia sombría y de futuro incierto. Lo poco que mi corto entendimiento me deja entrever en toda esta cuestión agobiante de la crisis es que existe una serie de países deudores frente a otros países acreedores. Es decir, la tradicional dicotomía Norte – Sur que puede observarse a nivel mundial, con algunas excepciones, se ha reproducido a escala continental en nuestra vieja tierra europea. Así, distinguimos un sur pobre en torno al eje mediterráneo frente a los países del norte continental que, pese a algunas tribulaciones, han sabido mantenerse en pie frente a los envites financieros y especulativos (en parte porque muchos de estos ataques provienen y tienen su sede en estos mismos países). La consecuencia lógica y fatal del asunto es un auge de nacionalismos excluyentes que tienden a una progresiva radicalización. En este sentido, me voy a atrever a citar a Arthur Schopenhauer cuando afirmaba, con gran razón y cordura, aquello de:

Todo imbécil execrable, que no tiene en el mundo nada de que pueda enorgullecerse, se refugia en este último recurso, de vanagloriarse de la nación a que pertenece por casualidad

En este momento, creo conveniente dejar constancia de mi más profundo temor, un miedo casi atávico, a todo aquello que signifique nación, patria o nacionalismo. Sea éste centrípeto o centrífugo, periférico o céntrico, excluyente o incluyente; cualquier forma de nacionalismo y/o regionalismo barato, inculto, soez, miserable, ruin e ignorante hasta la saciedad, basado en la superstición más execrable y condenable, me produce un fuerte rechazo.

En este punto, quizás conviene que les ponga sobre aviso en torno a un particular muy propio del gusto hispánico. Hace ya tiempo que Miguel de Unamuno consideraba lo siguiente:

El nacionalismo es la chifladura de exaltados echados a perder por indigestiones de mala historia

Y es que precisamente en nuestro querido país, o Estado, o como quieran titularlo, abunda este tipo de intelectualoides que sabiéndose poco se vienen a más y creen que han desentrañar los secretos de una historia que únicamente ellos son capaces de leer en antiguos legajos y en extrañas piedras cuyas caracteres y grafías ya se han borrado al mismo sol que luce para todos, los de aquí y los de allá. Y evidentemente, en estos tiempos de incertidumbres, lo básico, entendido en lo elemental y peyorativo del término, es tratar de disfrazar y edulcorar crisis económicas y pésimas gestiones públicas y políticas escondiéndolas bajo las alfombras relucientes de unos nacionalismos y regionalismos arcaicos, desfasados, excluyentes y sin sentido (Insisto, me refiero a todos: centrípetos y centrífugos). Sin duda, cuando dentro de siglos se estudie con algo más de rigor nuestro momento histórico, los futuros investigadores se llevarán las manos a la cabeza y no podrán dejar de exasperarse ante la estupidez desplegada por unos y otros en nombre de banderas, países y regiones que si alguna vez existieron, en la actualidad duermen el sueño de los justos.

Por eso, expongo y solicito:

Excelentísimos Sres. Capitanes Regentes de la Serenísima República de San Marino: ruego que consideren mi solicitud de asilo en su pequeño pero muy digno país, la República democrática más antigua de toda Europa, donde creo que podré desempeñar algún tipo de actividad y generar unos beneficios tanto para las instituciones a las que solicito refugio como para mi mismo.

Esperando que tengan en cuenta mi humilde solicitud, se despide atentamente a la espera de sus noticias

Luis Pérez Armiño


1 comentario:

  1. Yo había pensado en Andorra, pero ahora me decanto más por San Marino que tiene playa más cercana...

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