Empezamos una semana complicada, y mucho. Seguramente se
hará público el rescate de España, un rescate que arrastrará a Italia, en poco
tiempo, a la misma situación. Con Grecia, Portugal, Irlanda, Chipre, España e
Italia mordiendo el polvo, está claro que algo no se ha hecho bien en esta
Europa. Como dijo ayer Luis en su artículo, la dicotomía norte-sur en la Unión
Europea queda bien diferenciada con los países mediterráneos, empobrecidos y
arruinados, por un lado, y los países del norte de Europa, donde la crisis
financiera no ha golpeado tan fuerte y además van a salir favorecidos de la miseria
que se ha creado en el sur.
Está claro que España no va a poder afrontar los intereses
de su deuda, que cada vez es más desorbitada. Ese dinero que se ha dado a la
empresa privada y los desmanes de ciertas comunidades y ayuntamientos,
definitivamente nos han condenado. Ya nadie es intocable, y cuando digo esto me
refiero, a los trabajadores y en concreto a los funcionarios, está claro que los pudientes no están en la punta de mira del Gobierno. Estoy seguro, muy seguro, de que a los empleados públicos se les volverá a “tocar”
el sueldo y habrá un empeoramiento de la calidad en el trabajo. No tan seguro
estoy sobre el tema de despidos entre el funcionariado, pero no lo descarto en
absoluto.
España se hunde, pero todavía no somos conscientes de hasta
que punto es grave la situación. Lo más parecido que se me ocurre es lo que
pasó en la Argentina de los años 1999-2002. Pero estando en la zona euro no sé
hasta qué punto podemos devaluar la moneda o restructurar la deuda. Dicho de
otra forma más clara, al revés de lo que hizo Argentina, España no tendrá
capacidad de elección y deberá atenerse a lo que se dictamine desde Bruselas. Es decir, la recuperación en España será mucho más lenta, mucho más dolorosa y con unas repercusiones en la población mucho más graves.
Bueno, veremos a ver lo que pasa y que Dios nos pille confesados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario