-¿Es posible que se hayan ido las ideas?, ¿qué las tinieblas se
hayan apoderado de la humanidad? Han destrozado el arpa trasgresora del poeta y
ya no quedan bellas palabras que cantar, sino chirriantes sonidos que se presentan como tétricos y
siniestros y que reflejan la decadencia de la humanidad ¿Será que las sombras han
tomado cuerpo y cual legión ávida de sangre avanza inconteniblemente a la
conquista de la luz?-.
-¿Qué destino aguarda al hombre? Ha
usurpado un poder para el que no está preparado ¿Cómo pretende gobernar la
inmensidad de Gea si apenas es capaz de darse atenciones a sí mismo? ¿Cómo
pretender relegar a los dioses y alzarse con la potestad divina? -.
El viejo sabio miró hacia el
horizonte con cara de incertidumbre. Sus reflexiones traspasaban lo meramente
cerebral, convirtiéndose en un diálogo con el viento, como si buscara que éste
transportara el mensaje al Olimpo, donde quizás hallase la deseada respuesta.
No iba a encontrar réplica, tan solo la incertidumbre que se había adueñado de
su razón acudía a su reclamo. -¿Qué será del hombre…?- Se repetía una y otra
vez...
No hay comentarios:
Publicar un comentario