¡Ya
vienes a por mí! Tantas veces te deseé en el pasado y desoíste mis peticiones
¡Ahora te acuerdas!, ¡maldita ingrata! Ya no eres bienvenida ni oportuna.
Apenas te recuerdo y cuando eso ocurre odio me provocas.
El
tiempo se ha acabado y no ha de ser suficiente la bondad del hombre para cubrir
su infamia. De las entrañas de la tierra y los confines celestiales se desatará
una furia que castigará a pecadores e inocentes, a pobres y acaudalados. No
importará cual inmensa sea tu bondad y por la afrenta de otros serás castigado.
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