Gudea de
Lagash - c.2120 a.C. Museo del Louvre Fotografía: Marie - Lan Nguyen - Fuente |
El sur del actual Irak tuvo el
dudoso privilegio de albergar el nacimiento de la civilización tal y como hoy la
conocemos. La historia tuvo el capricho de nacer en las fértiles tierras bañadas
por dos ríos cuyo nombre rememora mitos y leyendas sobre los inicios de los
tiempos: el Tigris y el Éufrates. En ese espacio privilegiado surgieron las primeras ciudades, la
agricultura, y el consiguiente comercio y el sistema de clases, los primeros
sistemas de monopolio de poder, y la escritura como un instrumento básico en la
ordenación de las diferentes estructuras de dominación humana. De hecho, de
forma tal vez pretenciosa, algunos consideran que en aquella región de Oriente
próximo el hombre, y la mujer, decidieron separarse de la naturaleza e iniciar
esa vertiginosa carrera civilizatoria de la que hoy somos nosotros un eslabón
más de una larga cadena de la que sabemos el origen, con muchas dudas, y del que
desconocemos por completo el final.
Relieve
votivo de Ur - Nanshe, 2550 - 2500 a.C. - Museo del Louvre Fotografía: Jastrow - Fuente |
Pese a todas las dudas, sí
existe constancia de un desarrollo cultural, en el sentido de la existencia de
un patrimonio material que podríamos juzgar desde el punto de vista estético.
Tomando en cuenta las conclusiones de Álvaro Cruz García podemos considerar dos formas artísticas
que han perdurado hasta nosotros: un arte oficial, ligado de forma estrecha a
los círculos sociales dominantes, el binomio establecido gobernante – sacerdote.
Se trata de un arte inmutable, hierático y de profunda solemnidad, destinado a
repetir sus formas y fórmulas por los siglos de los siglos. Es el caso del
famoso rey Gudea que alberga al Louvre, fechada en torno al 2120 a.C.: una
figurilla compacta en la que asoma un afable rostro de grandes ojos almendrados
que desafía al paso del tiempo, con sus brazos descansando sobre el faldallín
finamente labrado con caracteres cuneiformes, otro de los grandes logros
culturales de los sumerios; y un arte más personal, por ejemplo representado a
través de los ricos sellos – cilindros de los que han llegado a nuestros museos
una cantidad importante que nos hablan de la capacidad artística de los
artesanos sumerios.
Soldados
de EE.UU. visitan el zigurat de Ur Fotografía: The US Army - Fuente |
Luis Pérez
Armiño
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