Lección II. Asesinato. Parte I. Recompensa
asesinato.
recompensa.
1. f. Acción y efecto de recompensar.
No hay justicia más vieja que aplicar la Ley del Talión.
Casos como el de asesinato, desde tiempos remotos, ha sido castigado con el
asesinato de justicia, venganza o retribución, respaldado por la propia sociedad. Si matas debes de morir, así de simple. Resulta curioso que
para castigar a un asesino, haya que ser asesino. Pero mi mayor pregunta reside
en ¿quién juzgará a los asesinos amparados por leyes retrogradas? A los que
matan pensando que imparten justicia. A los que asesinan y se refugian en la
Ley. Pues no se quien les juzgará. En cambio si se quien no va a juzgarlos, Garzón,
éste si que fue condenado con “mano dura”.
Me asusta que el hombre tenga que llegar a las
condiciones más aberrantes, como es quitar la vida de un semejante, por ruin
que sea ese semejante, para poder impartir justicia. La Justicia debe estar por
encima de leyes prehistóricas como la Ley del Talión, debe de superar la maldad
humana, porque solo así se implantará justicia. Debe de estar por encima del
mal, para poder entenderlo y no ser parte de él. No debe de existir Ley humana
que permita la muerte. Esta sentencia solo la puede dictar la Madre Naturaleza,
es la única que tiene potestad de dar y quitar la vida como se le antoje. El
resto jugamos a ser Dios. Todavía hay muchos países que mantienen la pena
capital y muchos de ellos son del llamado Primer Mundo.
Sin embargo, unos por muchos, los otros por calvos, aquí
tenemos a nuestra Justicia, de todas, la más bizarra. Solo en España ocurren
casos como el que voy a contar y que todos conocemos. Solo en España tenemos
unos socavones legales que permiten la indulgencia con el que menos se la
merece y en cambio aplicamos con dureza la legislación con el más pelado.
Resulta que hoy día si comentes un asesinato a los dos
días estás en le calle, gozando de un régimen abierto. Lo que no sabía yo es
que, encima, si al que has matado es tu cónyuge, pues tienes derecho a pedir
una pensión de viudedad. Es como decir: -señor Juez, mire usted, que al haber
matado a mi mujer, y como ya no lo va a necesitar, se podía enrollar y darme a
mi lo que le correspondía de pensión. No vamos a dejar que se pierda el dinero.
Una cosa no quita la otra- Y como viene siendo habitual en las decisiones
judiciales, pues el juez conmovido por la pobre situación del hombre, que se ha
quedado sin libertad y sin mujer, pues le otorga la pensión. Sin embargo está
pensando a ver si su colega, el de la Sala 7, le mete 5 años en la cárcel al
gamberro que rompió el banco del parque donde él se sentaba.
Tiempo después, viendo el absurdo total que habían
cometido, intentan, con la misma elegancia que tuvieron para dictar sentencia, retirar
la pensión al asesino. Pero las cosas no son así señores, Santa Rita, Rita… Lo
que hay que hacer es no volver a cometer estas estupideces, que últimamente van
muchas seguidas, y algunas de ellas muy garrafales.
Una cosa si es cierta, la Ley es igual para todos, pues
te caen los mismos años por matar a una persona, que por robar para comer. Estamos
dando un ejemplo turbador, España país de turistas y asilo de asesinos y delincuentes.
Si quieres delinquir, no hay mejor país que este.
No hay comentarios:
Publicar un comentario