A quien Dios se la de…

Nos libramos de un Gobierno inútil, incapaz de reaccionar antes las dificultades. Un Gobierno agónico que no veía el día del relevo, y que nos dejó literalmente tirados y aparcó cualquier esfuerzo en solucionar el problema. “El marrón” que se lo coma "el otro", pensaron en ese momento. Un Gobierno pusilánime que únicamente actuaba echando balones fuera. Ya en las elecciones del 2008, con la crisis encima, se les veía por donde iban a tirar, negando categóricamente lo evidente, y aun así se les votó mayoritariamente.

En las elecciones del 2011 sale un nuevo partido, que lo primero que hace es mentirnos. Sube impuestos que prometió no subir y toma medidas, bajo mandato teutón, que duerme más la economía. Pretende fomentar el trabajo dando carta blanca al empresario para que despida con facilidad. Lo único que ha hecho es favorecer los despidos, porque su política de ajustes no va a generar trabajo y, como lo saben, han puesto de excusa que se verán resultados a finales de año, o a largo plazo o a medio, que se yo, lo que han hecho es ganar tiempo. Han cogido un bote de vaselina, nos han bajado los pantalones y… Lo más curioso es que he oído en el telediario que encima tienen dos puntos más en intención de voto que en noviembre. Yo no entiendo nada, les premiamos por fastidiar, en fin...

¿Dónde quiero llegar con todo esto? Pues que tenemos lo que nos merecemos, que nos tenían que dar más palos todavía a ver si así espabilamos. No me puedo creer que seamos tan necios. Estamos tan obcecados en las elecciones y el derecho constitucional a votar, que hacemos el juego a toda esta canallesca política, que son, en parte, con los bancos, los que han llevado a esta situación y los que la sufren de una forma mucho más liviana. Parece que hemos hecho algo sacro del voto, tan sacro, que está por encima de nuestras necesidades. Primero voto, aunque sea en blanco, luego como, respiro, etc. ¿Por qué tenemos miedo de no votar?  Son ellos los que realmente tienen miedo de que no lo hagamos. Muchas veces justifican sus fechorías en el voto. Pero sin votos no hay justificación, ni base que les respalde.

Si votamos estamos de acuerdo con ellos. “Es que si no votas…”, “es que si no votas…” ¡Que!, ¡que pasa si no voto! ¿No cuento? Pues va a ser que no. Si cuento para pagar impuestos, mi "no voto" cuenta igual que el de los demás. Yo tengo el derecho, porque me lo ha dado este puñetero sistema burocrático y económico, a que no me guste lo que hay. Me gustaría saber que pasaría si el 50.000001% de la población no se acercara a las urnas. Entonces deberíamos de plantearnos otro sistema de Gobierno, quizás con leyes más humanas y menos materialistas.

Hay que cambiar muchas cosas para que esto se parezca a una libertad. Este país solo es libre para el banco, libre para expropiarte la casa y encima dejarte un lastre de 200.000 euros. A esta persona la deberían de conceder una nueva vida, lo que queda de la presente está j*****.

A si que ¡señores!… a quien Dios se la de San Pedro se la bendiga. Si has votado a los que gobiernan no protestes después, porque seguro que les volverás a votar en las siguientes elecciones. Lo peor de todo, y por propia experiencia, es que luego sois los que más os quejáis. Si votas, no protestes. Vete a dar matraca a aquel que votaste o a la puñetera papeleta que les justificó en el poder.