Hoy he acogido
con el escepticismo habitual muchos de los titulares de prensa. Es paradójico
como se manipula la información a voluntad del ente comunicador. Lejos ha
quedado, en la mayoría de los medios de comunicación, la información objetiva y
veraz. En este mundo en el que todo se cuantifica económicamente, lo único
importante es vender y para ello los medios informativos se han posicionado,
por circunstancias varias, hacia un determinado sector político, religioso o futbolístico,
no olvidemos que el diario más vendido en España es deportivo. Pero no nos
desviemos del tema. Muchos titulares hacían referencia al fracaso independentista,
en referencia a la pérdida de escaños por parte de CIU. Sin embargo, analizando
como queda el hemiciclo, no creo sinceramente que la política independentista
en Cataluña haya fracasado como se postula en algún titular. Es obvio que quien
no ha convencido es Mas, aun así, su partido es el más votado y con diferencia,
pues saca más del doble de escaños a la segunda formación política.
En mi opinión
a Artur Mas no se le ha castigado por independentista, sino por oportunista.
Por intentar ganar votos con un tema tan serio como es la independencia. Al
margen de la derrota electoral de CIU, la realidad es que Cataluña parece estar
preparada para afrontar un reto doloroso para el resto del país, la
disgregación total del Estado español. Solo así se entiende que la suma de
escaños de los partidos independentistas alcance los 174, 6 por encima de la
mayoría absoluta, a lo que hay que sumar el número de participación, que ha
sido mucho mayor que en ocasiones anteriores.
Mientras el Gobierno,
haciendo gala de esa necedad a la que por desgracia nos tienen tan
acostumbrados, mira para otro lado e intentan obviar un problema de enorme
calado. Los catalanes mayoritariamente quieren la independencia y esa es la
única realidad que se puede sustraer del resultado de las elecciones. En lugar
de darse cuenta del problema e intentar buscar una solución, que por supuesto
solo pasa por un cambio radical de la política del Ejecutivo, se dedican a
hacer lo mismo que por el resto de los españoles, ¡nada! Y actúan así porque
piensan firmemente que no vamos a hacer nada, ni los españoles, ni los
catalanes. Están convencidos de que jamás nos vamos a unir, ni les vamos a
plantar cara con firmeza y basan su poder en el miedo que la población tiene a
que la situación empeore más todavía. Peor podemos estar, seguro que sí, pero lo
único seguro es que mejor estaríamos de no ser por la política neoliberal de
nuestros dirigentes que ha premiado al villano y castigado al inocente. Lo peor
de todo es que en esta “patraña democrática”, en este fraude al pueblo español
han colaborado, con falsas verdaderas y contextos desvirtuados, medios de comunicación.
Espero que los
catalanes tengan su consulta independentista, pues así lo han resuelto en las
urnas. De la misma forma que espero que finalmente decidan quedarse en España y
que lo hagan para luchar con el resto los españoles contra el Leviatán.