viernes, 17 de agosto de 2012

A 69 años de otra historia

Hace 69 años y unos meses, se decidía una de las batallas más importantes de la historia. Una batalla que cambió el rumbo de la II Guerra Mundial. Sin embargo hay que entender este hecho como el final de un proceso erosivo que arrastraba la Alemania nazi debido, en gran parte, a la política prepotente y fantasiosa de su líder. Es decir, no es que se decidiera la guerra en una sola batalla, no en un periodo tan complejo como es este, sino que en Stalingrado se dio el punto de inflexión. Fue en la ciudad que llevaba el nombre de su mayor enemigo donde todos los errores cometidos anteriormente por Hitler se volvieron contra él.

Se enfrentaban los dos mayores monstruos, con el permiso de Truman y su “hazaña” en Hiroshima y Nagasaki, de los últimos tiempos. Uno luchaba por sobrevivir al otro, el otro por sobrevivir a la historia. Los dos consiguieron sus objetivos al final de la guerra, quizás no como hubiesen querido, pero ambos serán recordados eternamente. En el enfrentamiento hicieron alarde del poco respeto que sentían por la vida humana, protagonizando infantiles caprichos que costaron millones de vidas. Stalin, en la ciudad que lleva su nombre, quizás por ello su obstinación, lanzó a sus soldados desarmados contra las ametralladoras de la Wehrmacht, con orden a los llamados “destacamentos de bloqueo” de disparar a todo aquel que se replegara. -¡Ni un paso atrás!-, les dijo. Hitler, el cabo que jugaba a ser mariscal, dejó morir de frio y hambre a la élite de sus tropas, el VI Ejército, orgullo nacional, abandonado a su suerte con una única orden, resistir hasta el final.

Nadie se puede imaginar que hubiese pasado  si Alemania hubiese ganado la guerra, idea nada descabellada. No olvidemos que estamos hablamos de un pueblo trabajador y disciplinado, con capacidad de rehacerse económica e industrialmente con extraordinaria rapidez y un sentir nacional asombroso, capaz de aglutinar el esfuerzo de todos sus habitantes por el bien común. ¿Qué fue entonces lo que falló? Yo me atrevo a comparar la Alemania nazi con la Francia napoleónica. En ambos casos nos encontramos con dos líderes ambiciosos, ególatras y con pocos escrúpulos a la hora de conseguir sus objetivos.

El 22 de junio de 1941, Hitler ordenaba poner en marcha la Operación Barbarroja, la mayor invasión de la historia y una cruzada para la que Alemania todavía no estaba preparada. Para llevar a cabo un proyecto tan ambicioso el Alto Mando alemán había movilizado tres millones y medio de hombres y más de cien mil máquinas en un frente de 1.600 km, que llegaba desde el mar Báltico al mar Negro. Solo cabe pensar en lo muy seguro que estaba de sí mismo Adolf Hitler al lanzarse a un proyecto de tal magnitud, la conquista de la U.R.S.S, sin haber aplastado previamente a los británicos. Solo a un necio, con más imaginación que lucidez, se le ocurriría menospreciar de tal manera al mayor imperio del mundo y su temible armada, por un lado, y a la nación con el ejército “supuestamente” más poderoso, por el otro.

Desde el comienzo de la contienda con la URSS y a pesar de las victorias de la Wehrmacht, se hacia palpable que Alemania no podría ganar la guerra. Los rusos sufrían estoicamente los envites alemanes. Allá donde se capturaba medio millón de soldados soviéticos, al día siguiente había otro medio millón. Además, los alemanes habían sido incapaces de tomar Leningrado. Como a perro flaco todo son pulgas, la situación en el frente del oeste empeoraba. Gran Bretaña mostraba una aptitud cada vez más descarada y había mejorado el sistema de radares, complicando ostensiblemente los bombardeos de la Luftwaffe. La RAF, sin embargo, incrementaba sus propias incursiones en suelo alemán cada vez con más éxito. Por otro lado, la tentativa alemana de aislar a los británicos por mar, arruinándoles mediante ataques submarinos, había fallado y Montgomery y sus ratas del desierto se habían convertido en un, más que molesto, inconveniente en el norte de África. Hitler que consideraba que Inglaterra si bien no vencida no suponía peligro alguno, se encontró con toda una lección de como un pueblo puede sobreponerse a la adversidad.

Fueron muchos los fallos que cometieron los nazis, pero el más garrafal, por la carencia de sentido que tuvo, fue precipitar la contienda con los Estados Unidos. Aunque el conflicto con el gigante americano era más que probable, la aptitud alemana, olvidándose de los dos frentes que ya mantenía, fue tan absurda como innecesaria. Ese 11 de diciembre de 1941 fue el más feliz de toda la guerra para Winston Churchill, más incluso que el día del armisticio alemán.

La ambición desmesurada, el hecho de no concluir unos proyectos antes de iniciar otros y subestimar groseramente al enemigo, había llevado a Hitler a pedir un esfuerzo inhumano a sus tropas. En Stalingrado el agotamiento del ejército alemán era evidente. En las ruinas de la ciudad no solo se quedaron cientos de miles de cuerpos inertes, en aquel infierno se diluyó definitivamente toda esperanza de victoria final. Fue un ¡basta ya!, un ¡hasta aquí hemos llegamos! De los 600.000 hombres que componían el VI ejército, pocos más de 90.000 sobrevivieron a Stalingrado, de aquellos apenas 6.000 resistieron el cautiverio ruso. Acompañaron al VI ejército en su fatal destierro los restos del Cuarto Ejército Panzer y cientos de miles prisioneros rumanos, húngaros e italianos, aliados alemanes.

El soldado alemán que lo había dado todo por un líder déspota, cruel, obsesionado por controlar el mundo, perturbado ante la presión de la guerra y que no dudaba en lanzarles a los brazos de la muerte para satisfacer sus caprichos, ese soldado aguantó durante más de dos años después de lo de Stalingrado, sufriendo la lenta agonía, y lo hizo sabiendo que la guerra estaba perdida. Aunque victorioso, el ejército soviético tuvo que llorar al final de la guerra la muerte de más de veinte millones de compatriotas y de seguro que de algún familiar.

Nadie sabe a ciencia cierta que hubiese pasado si Hitler hubiese ganado en Stalingrado, pero mejor dejamos las cosas estar.

2 comentarios:

  1. Enhorabuena por la enorme calidad del blog – PREMIOS LIEBSTER

    http://laliebremuerta.blogspot.com.es/2012/08/nuestros-premios-liebster.html

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  2. Gracias, siempre alegra el alma a uno oir este tipo de comentarios.

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