martes, 24 de julio de 2012

Dejemos de hablar de indignación, hagámoslo de revolución


Lo que ha hecho el Gobierno español ha sido lo mejor que se podía hacer por España; no se va a pedir el rescate financiero. Estas dos frases son las más recurrentes del Partido Popular. Y siguen en esa tónica del pastorcillo mentiroso que les ha caracterizado durante el mandato, donde dije digo, digo Diego.

Si la política del Gobierno español de dar “caña al currito” es lo mejor que se pudo haber hecho para salvar a España de un rescate “en toda regla”, no quiero ni pensar que hubiese pasado de haberse gestinado mal el asunto. Con el buen hacer del Partido Popular nos encontramos la siguiente situación:

La prima de riesgo campa libremente por la barrera de los 650 puntos básicos. El Ibex 35 sigue en caída libre alcanzando mínimos desconocidos desde el 2003. El bono español a diez años se está pagando al 7,621%. Tres han sido las comunidades autónomas que ya han pedido ser rescatadas y las que quedarán por rescatar. El paro ronda el 25% de la población activa. Con este panorama está claro que España no va a poder cumplir con los objetivos y ese crédito, con sus intereses, que se ha pedido para los bancos va a pesar demasiado y nos llevará al pozo negro. Pero no lo hará inmediatamente, todavía sufriremos más; si cabe la posibilidad y parece que es así. Todo ello por el empecinamiento del Gobierno de alargarnos un sufrimiento que todo apunta a que es innecesario.

La situación de la Nación se haya así después de que estos políticos rastreros y lame********, que tenemos en este país, ejecuten las directrices llegadas desde Bruselas y no sean capaces de conseguir que el Banco Central Europeo intervenga comprando deuda española y alivie la tensión que tenemos. Nos dejan dinero para los bancos porque les interesa salvar sus propias economías, pues es sabido la cantidad de “tela” que les adeuda las entidades financieras españolas a las europeas. Pero cuando se les pide que se ayude a España para mejorar la situación del pueblo español, ¡ahí que nos den candela!

Somos unos desgraciados, unos conformistas y unos abúlicos incapaces de adquirir compromiso alguno. Yo ya estoy harto de oír esa cantinela, como la que contaba Esperanza Aguirre, que si no se hacen las cosas como se están haciendo viviremos un corralito como el argentino. El corralito lo vamos a vivir como sigamos permitiendo que estos tipos manejen nuestro designio ¿No nos damos cuenta qué se va a necesitar mucho dinero para salir de la situación y se va a sacar siempre del mismo sitio? No se le va a quitar la asignación a la Iglesia, ni se va a suprimir el número de políticos ni de instituciones obsoletas en la medida necesaria, lo mismo pasa con una política efectiva de lucha contra el fraude fiscal, etc. Es decir, se va a mantener todo como hasta ahora, vamos a pagar los que menos culpa tenemos de como está la situación.

Yo soy partidario de tomar una decisión drástica, como se hizo en Islandia, a pesar del agravante que supone estar metidos en el euro. Pero por una vez que haya Justicia, que se juzgue a los responsables y que sean ellos quienes paguen este desastre. Por supuesto que se juzgue también a los políticos y terminen en la cárcel todos aquellos que se demuestre que actuaron con prevaricación, mala fe, tráfico de influencias o negligencia ¡No se salva ni uno!

Ya no estamos como para que nos digan que si hacemos esto o lo otro la cosa va a ir a peor, porque día a día estamos yendo a peor ¡haciendo lo que nos dicen! Desconozco como será de complicado mandar a “hacer puñetas” a Europa y a su euro, pero lo que sí se es que no nos ha proporcionado ninguna satisfacción desde que empezó la crisis, a no ser que uno sea directivo de banco. No sé si fuera del euro seremos más pobres, mucho más tampoco lo vamos a ser. Lo que si estoy seguro es que podremos tomar nuestras propias decisiones y así habremos acabado con este sufrimiento recalcitrante que nos asfixia. Si tomamos esa decisión me sé de una teutona que se va a acordar muy mucho de haber ninguneado al pueblo español.

Cada día que pasa somos más pobres, tenemos menos autonomía y menos libertad de decisión. Después de casi cinco años, han tenido tiempo suficiente para sacarnos de la crisis y si no lo han hecho es porque quizás falla el sistema y la forma de gestionarlo. Yo creo que va siendo hora de dejar de hablar de indignación y empecemos a hablar de REVOLUCIÓN.

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