Lo que ha hecho el Gobierno español ha sido lo mejor que se
podía hacer por España; no se va a pedir el rescate financiero. Estas dos
frases son las más recurrentes del Partido Popular. Y siguen en esa tónica del
pastorcillo mentiroso que les ha caracterizado durante el mandato, donde dije
digo, digo Diego.
Si la política del Gobierno español de dar “caña al currito”
es lo mejor que se pudo haber hecho para salvar a España de un rescate “en toda
regla”, no quiero ni pensar que hubiese pasado de haberse gestinado mal el asunto. Con el buen hacer del Partido Popular nos encontramos la siguiente situación:
La prima de riesgo campa libremente por la barrera de los
650 puntos básicos. El Ibex 35 sigue en caída libre alcanzando mínimos
desconocidos desde el 2003. El bono español a diez años se está pagando al
7,621%. Tres han sido las comunidades autónomas que ya han pedido ser
rescatadas y las que quedarán por rescatar. El paro ronda el 25% de la
población activa. Con este panorama está claro que España no va a poder cumplir
con los objetivos y ese crédito, con sus intereses, que se ha pedido para los bancos va a pesar
demasiado y nos llevará al pozo negro. Pero no lo hará inmediatamente, todavía
sufriremos más; si cabe la posibilidad y parece que es así. Todo ello por el empecinamiento
del Gobierno de alargarnos un sufrimiento que todo apunta a que es innecesario.
La situación de la Nación se haya así después de que estos
políticos rastreros y lame********, que tenemos en este país, ejecuten las
directrices llegadas desde Bruselas y no sean capaces de conseguir que el Banco
Central Europeo intervenga comprando deuda española y alivie la tensión que
tenemos. Nos dejan dinero para los bancos porque les interesa salvar sus
propias economías, pues es sabido la cantidad de “tela” que les adeuda las entidades
financieras españolas a las europeas. Pero cuando se les pide que se ayude a
España para mejorar la situación del pueblo español, ¡ahí que nos den candela!
Somos unos desgraciados, unos conformistas y unos abúlicos
incapaces de adquirir compromiso alguno. Yo ya estoy harto de oír esa cantinela,
como la que contaba Esperanza Aguirre, que si no se hacen las cosas como se
están haciendo viviremos un corralito como el argentino. El corralito lo vamos
a vivir como sigamos permitiendo que estos tipos manejen nuestro designio ¿No nos
damos cuenta qué se va a necesitar mucho dinero para salir de la situación y se
va a sacar siempre del mismo sitio? No se le va a quitar la asignación a la
Iglesia, ni se va a suprimir el número de políticos ni de instituciones
obsoletas en la medida necesaria, lo mismo pasa con una política efectiva de
lucha contra el fraude fiscal, etc. Es decir, se va a mantener todo como hasta
ahora, vamos a pagar los que menos culpa tenemos de como está la situación.
Yo soy partidario de tomar una decisión drástica, como se
hizo en Islandia, a pesar del agravante que supone estar metidos en el euro. Pero
por una vez que haya Justicia, que se juzgue a los responsables y que sean
ellos quienes paguen este desastre. Por supuesto que se juzgue también a los
políticos y terminen en la cárcel todos aquellos que se demuestre que actuaron
con prevaricación, mala fe, tráfico de influencias o negligencia ¡No se salva
ni uno!
Ya no estamos como para que nos digan que si hacemos esto o
lo otro la cosa va a ir a peor, porque día a día estamos yendo a peor ¡haciendo
lo que nos dicen! Desconozco como será de complicado mandar a “hacer puñetas” a
Europa y a su euro, pero lo que sí se es que no nos ha proporcionado ninguna satisfacción
desde que empezó la crisis, a no ser que uno sea directivo de banco. No sé si
fuera del euro seremos más pobres, mucho más tampoco lo vamos a ser. Lo que si
estoy seguro es que podremos tomar nuestras propias decisiones y así habremos
acabado con este sufrimiento recalcitrante que nos asfixia. Si tomamos esa
decisión me sé de una teutona que se va a acordar muy mucho de haber ninguneado
al pueblo español.
Cada día que pasa somos más pobres, tenemos menos autonomía
y menos libertad de decisión. Después de casi cinco años, han tenido tiempo
suficiente para sacarnos de la crisis y si no lo han hecho es porque quizás
falla el sistema y la forma de gestionarlo. Yo creo que va siendo hora de dejar
de hablar de indignación y empecemos a hablar de REVOLUCIÓN.
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