Finalizada la Eurocopa y acallados los gritos de ¡yo soy
español!, pues no hay más razón para gritar eso, volvemos a la triste realidad. A la realidad de soy español con la “boquita
pequeña”, con la boca que no grita, sino que calla y otorga. La realidad de que
no hay más orgullo como español que mostrar los logros de la selección de
fútbol. Esa realidad que no nos da alegrías y que parece avergonzarnos, la del mutismo y la impasividad. No entiendo como se puede unir una
nación con tanta fuerza para apoyar a once tíos, o 23, que más da, corriendo detrás
y aporreando un trozo de cuero y no tengamos el mismo arrojo para hacer lo
propio con el partido que están jugando los mineros, por poner un ejemplo.
España ganó la Eurocopa. Los jugadores cobraron sus primas y
honorarios. Toda España está feliz y contenta, con hambre y viviendo en la
miseria, pero feliz y contenta. Y ahora ¡qué?, ¿mantenemos dos años de
ilusiones hasta llegar al mundial de Brasil? Oigo a los futbolistas decir que
este es un triunfo de toda España, ¡pues repartid el dinero que habéis ganado
con los menos favorecidos! Excluyo de este comentario al bueno de Iniesta. Ya
de por sí jugar en la selección española debería de ser vocacional, debería de
brotar el orgullo de representar a España sin cobrar dinero alguno. No son
precisamente los futbolistas, con lo que les pagan lo clubs, quienes necesiten
de incentivos económicos para representar a su país.
Pero volviendo al argumento inicial… ¿Qué pasa ahora? ¿Nos
volvemos a sentar cómodamente a ver que pasa con un país que hemos dejado en
unas manos que sufren de Parkinson? O empezamos a animar y a jugar los partidos
que realmente son importantes. Esos partidos que juegan los mineros y todas
esas personas que están sometidas a la crueldad económica del neoliberalismo. Los
partidos que juegan los parados para llegar a fin de mes. Esos son los partidos
que deberíamos de ver. Y gritar alto y claro al Gobierno, que no al resto del
mundo, ¡yo soy español!
Ahora pretenden vender al exterior, utilizando para
ello los logros de la selección española, la Marca España. Esto sirve para
realzar a las empresas españolas en el exterior, o eso he entendido. No somos
ninguna marca, todo lo contrario, somos personas, un espíritu, alma,
conciencia, y por culpa de políticos y bancos, sufrimiento, desdicha y miseria.
Yo no llamaría a eso Marca ¿Solo importa los intereses comerciales? Entonces
que no nos pidan más esfuerzos y que vayan a subir el I.V.A. a los empresarios
de la Marca España o en su defecto a su **** *****.
Quiero con esto despertar conciencias y dar mi más absoluto
apoyo a aquellos que luchan por sus derechos. En especial dedico estas palabras
a los mineros, a los cuales admiro por el pundonor y la tenacidad con que
defienden lo suyo. Si todos hubiésemos actuado de la misma manera, ahora el
Gobierno estaría rescatando españoles y no bancos.
Voy a ser populista. Para el futbol todos somos españoles. Pero
para lo que realmente nos atañe son mineros, trabajadores de siderúrgicas, albañiles,
etc. Para defender los intereses de los que vivimos y sufrimos en este país ¿no
hay gritos de ¡yo soy español!? Pues yo prefiero ser minero que español. A ver
cuando entendemos que España no es una bandera ni un himno, políticamente
incorrectos por otro lado. España somos los españoles, el pueblo, y no las
enseñas, ni las empresas, ni el Gobierno aunque justifiquen su poder de las
urnas, ni por supuesto, los que se llevan todos los beneficios, los bancos.
Dedicado a José y María, a Ezequiel y a Eva, a Luis y Bea, a
Manu y Sole, y a todos los que luchan por sus derechos.
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