lunes, 2 de abril de 2012

No solo palabras


Prólogo: Esto es una canción y aunque parece no haber música, ahí encontramos el error, pues son tus ojos la melodía.

Soy heraldo de bellos albores
hachón de nuestro amor,
cítara de nuestra sinfonía,
prisionero de tú dolor

Cuando llegue furtiva la noche
y te tenga que decir adiós,
maldeciré al que esconde el día
pues de ti necesito, mi amor

Cuanto más te miro
más ciego estoy,
postergado a un deseo
al que nunca estuve yo

Con la espada en la mano
lucharé bravo y con pasión
para que de mi te apiades
y me entregues tú corazón

Sé que muy pronto
mirando al cielo
estaremos juntos los dos

Epílogo: Y cuando hayas renegado de mí, volveré a ti, en verdad con otros ojos, amada mía, buscaré entonces mi pérdida y con un amor distinto os amaré.

Así rondaba un montaraz buscando el amor de una bella y rica dama, además de orgullosa y malvada, que disfrutaba viendo como el tunante se humillaba. Mientras, el “capullo” soñaba con que aquellas ñoñas palabras iban a derretir a tan altiva muchacha.

No hay comentarios:

Publicar un comentario