sábado, 21 de abril de 2012

Al sur de Venus


Este es el nombre de una exposición que, precisamente, este 22 de abril, cerrará sus puertas en el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira. La muestra tomaba como discurso expositivo la narración de un periodo de especial interés arqueológico: el Gravetiense. Dentro de las periodizaciones establecidas por los expertos para describir las diferentes culturas o fases del Paleolítico, el Gravetiense se corresponde con uno de los momentos iniciales del Paleolítico Superior.

La exposición temporal se articulaba de tal manera que trataba de ofrecer la visión más completa posible y de acuerdo a las últimas investigaciones sobre este periodo concreto. Su importancia radica en la luz que se puede arrojar sobre uno de los puntos más controvertidos de la actual investigación prehistórica: la transición del Paleolítico Medio al Superior.

El Paleolítico Superior supuso la aparición del hombre moderno en escena, del Homo sapiens, que sustituye en Europa a las poblaciones neandertales. La irrupción del hombre moderno se acompañó de nuevas industrias líticas, el aprovechamiento de nuevos recursos o la aparición de signos evidentes de vida espiritual. Sin embargo, actualmente, dos tendencias se contraponen respecto a la transición Paleolítico Medio – Superior: implica un periodo de continuidad o se dio una ruptura brusca.

El Gravetiense se desarrolló de forma aproximada hace entre aproximadamente 29.000 y 20.000 años, extendiéndose por toda Europa. En las zonas centrales y orientales del continente este momento supuso una época de especial esplendor cultural. Se han localizado asentamientos poblaciones estacionales caracterizados por su enorme complejidad. En ellos, se utilizan los restos óseos del mamut para formar las estructuras habitacionales (Pavlov, en la antigua Checoslovaquia). 

Pero uno de los hallazgos más espectaculares de este periodo son las denominadas Venus. Se trata de figurillas antropomorfas femeninas realizadas con barro o con piedra. Suelen llamar la atención por sus voluptuosas formas, en las que se destacan especialmente los atributos femeninos mientras que apenas se presta atención a los rasgos faciales. Entre las más conocidas, la de Willendorf, la de Lausell… Se han localizado en toda Europa, desde oriente hasta Francia. Sin embargo, en la península Ibérica no se ha localizado ningún ejemplar de estas misteriosas Venus.

Son muchas las interpretaciones que han surgido sobre este tipo de figurillas y las teorías se han abordado desde los más diversos puntos de vista. Sin embargo, como todo aquello referido al arte paleolítico, es imposible establecer de forma precisa y cierta qué significaban. Lo único que parece evidente es que se trataba de algún tipo de figuras rituales. Sin embargo, el misterio sigue envolviendo a esta Venus, ofreciéndonos como única posibilidad poder admirarlas sabiendo que nunca seremos capaces de desentrañar su último sentido.

Luis Pérez Armiño


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