Ya pasó la resaca de los años de bonanza, esos años simulados,
que nos hicieron pensar que éramos una potencia. Pero no se puede ser potencia
tirando ladrillos, ladrillos que comprábamos al usurero banquero. Tarde nos
dimos cuenta que aquello que con rapidez sube, con la misma velocidad
desciende. Por mucho que se empeñen en hacernos creer lo contrario, hemos
retrocedido más de diez años. En todo no, porque como sigamos así, en educación
y sanidad volveremos a los años cuarenta.
España agoniza, es una realidad, pero lo peor de todo, es
la esperanza que albergamos en la recuperación. Mas lo cierto, es que por brote
verde, no queda más que los hierbajos que nacen en los desolados edificios a
medio construir. Hemos tocado fondo y es por ello que ahora solo construimos húmedos
y lánguidos sótanos.
Agradezcamos, pues, a Aznar, la herencia que nos ha
dejado de españoles albañiles, que no tienen estudios, ni posibilidad de
encontrar trabajo. Porque fue así como “levantó” España, a golpe de paleta. Consiguió que subiera el precio de los pisos hasta cotas inalcanzables, para favorecer el empleo, y, ahora, ni pisos, ni empleos. Esperemos que el señor
Aznar, en una de esas conferencias millonarias que suele dar, se acuerde de
decir sinceramente lo que hizo en España. Incluida, a ver si le entra un
arrebato de sinceridad, la verdad sobre su jueguecito de cruzados. Y que "este personajillo" se dedique a ir dando lecciones de como se han de hacer las cosas...
También agradezcamos a Zapatero su política de subirse al
tren de la insana vorágine económica, eso se llama arrojo socialista. Pobre
hombre, le decía a Sarkozy que íbamos a adelantar a Francia económicamente, y
lo decía en serio. Luego le vino todo encima, y ahí pudo demostrarnos las
excelentes dotes de presidente que tenía. A éste, poco más que su incompetencia se le puede atribuir.
Por último, no quiero restarle protagonismo a nuestro
nuevo presidente, Mariano Rajoy. Gracias por ahogar del todo la economía, por
hacernos pagar los errores de otros, por iniciar una política que nos sumirá en
la mayor de las desesperaciones, por seguir destrozando hogares, etc., etc.,
etc. Bien empieza usted D. Mariano, parece que está dispuesto a superar los retos que le han puesto.
Gracias a los tres por ganarse, tan a conciencia, el sueldo que se os ha pagado, se os está pagando
y, si no nos aniquiláis a todos por hambruna, se os pagará. Se acabó el Idiazábal, supongo que el bocadillo de
quesitos también está muy rico. El paté de bote, si le echas imaginación, no
tiene nada que envidiar al mi cuit. Los españoles nos hemos encontrado con nuestra
triste realidad, un país mal gestionado, sostenido sobre una economía fantasma
y con una incapacidad de afrontar el problema recalcitrante. Hoy toca reconocer lo evidente, somos pobres. Quisimos codearnos con los más grandes y ahora remendamos las coderas.
Bueno… pues esto es todo por hoy. Por lo menos alguno se
consuela pensando que España ganó el mundial de fútbol, yo personalmente no.
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