Se acerca la Semana Santa y con ella una de las celebraciones más paganas que tenemos por estos lugares, el culto a Genarín. Esta
tradición aglutina a miles de personas, atraídas por el exuberante festejo. La expectación
que congrega este acto, celebrado el día de jueves Santo, sino eclipsar, logra
hacer sombra a las procesiones de la ciudad y eso que León tiene unas procesiones impresionantes.
Muchos se preguntarán, o no, ¿quién demonios es Genarin? Bueno,
pues Genarin era un conocido borracho, putero y pellejero de profesión, que
vivía en la ciudad de León, allá por los años veinte del siglo pasado. La suerte
o desgracia quiso que tal pintoresco personaje fuese atropellado por el primer camión de la basura,
mientras hacía sus necesidades. Desde entonces, un grupo de cuatro personas, denominado
Evangelistas, decidieron mantener viva la memoria de Genaro.
La procesión recorre las calles del casco histórico de la
ciudad que solía frecuentar Genarin, para terminar al pie de la muralla
medieval, lugar donde fue atropellado. Allí se le hacen los honores, y un asignado,
denominado Hermano Trepador, escalará la muralla para dejar la ofrenda de
queso, pan, naranjas, una corona de laurel y una botella de orujo. No hace
falta decir que el alcohol, preferiblemente orujo, es el protagonista, junto al
malogrado Genarín, de la fiesta.
Aquellos que os queráis pasar por León en Semana Santa aconsejo que no os perdais las procesiones religiosas de la ciudad, pero también os animo a acudir al Entierro de Genarín. Allí encontrareis una celebración ante todo original, frívola para algunos, divertida para
otros. Lo cierto es que es digna de ver. Para muchos es un insulto
y una falta de respeto, nadie queda obligado, con no ir problema solucionado.
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