sábado, 19 de mayo de 2012

Entre trascendencias y simples entretenimientos


El arte ha ido sufriendo cierto proceso de, podríamos llamar, banalización. Hoy en día, el arte impregna casi cualquier faceta diaria de nuestra vida social y personal. Todo puede ser encuadrado, bajo un concepto excesivamente amplio, dentro de la categoría del arte. Durante el siglo XX, el arte sufrió un revolucionario proceso que consistió en la conquista de terrenos hasta entonces vetados. Desde los primeros collages de Picasso a la conquista de la naturaleza o de las nuevas tecnologías, el arte ha invadido todos los espacios y ha tomado como propios todos los recursos. Hasta los más inverosímiles. Pero hubo un tiempo en que el arte era trascendencia, o al menos eso piensan muchos.

Un grupo de investigadores acaba de dar a conocer en “Proceedings of the National Academy of Sciences” los resultados de un importante hallazgo científico. El yacimiento arqueológico de Abri Castanet en la Dordogna francesa ha ofrecido entre los resultados de la excavación las muestras más antiguas, fechadas hace 37.000 años, de simbolismo humano. Se trataría de objetos personales de adorno, como cuentas de collares incluso dientes y conchas perforadas, y losas de piedra caliza con grabados y restos de pintura referentes a figuraciones animales y signos o figuras geométricas (Europa Press, 14 de mayo de 2012). Por el momento, los investigadores confirman que se trataría de las muestras más antiguas de actividad artística del ser humano, encuadradas dentro del horizonte auriñaciense con la fecha ya señalada.

Por el momento, este descubrimiento ofrece las fechas más antiguas para la demostración de un tipo de actividad simbólica por parte del ser humano. O al menos, una actividad de tipo estético… A día de hoy, ni la ciencia arqueológica ni la ciencia prehistórica son capaces de desentrañar el significado último, preciso y cierto del arte paleolítico. De hecho, las sucesivas teorías, de las más variadas y extravagantes a las más fundamentadas y elaboradas, no llegan a ofrecer conclusiones universalmente válidas ni aceptables al cien por cien. Lo único cierto es que hay un tipo de actividad que, sin embargo, puede ser de vital importancia a la hora de comprender el proceso evolutivo de la especie humana.

Es decir, dejando a un lado las múltiples explicaciones que se han dado en torno a la posible significación o significaciones del arte paleolítico, lo cierto es que su presencia o su aparición representan un hito de vital importancia dentro del complejo evolutivo. El arte y los restos de enterramientos humanos contrastados constituyen el primer ejemplo de comportamiento simbólico, estético o, en última instancia, de una actitud trascendente por parte del ser humano. De hecho, durante mucho tiempo, se consideró el arte como uno de los elementos distintivos que configuraban el carácter del ser humano moderno frente a otros humanos premodernos.

Sin embargo, es imposible afirma con total seguridad la exclusividad del sentimiento o la apreciación estética en el ser humano moderno. Son muchos los testimonios que, siempre con cierta cautela, nos pueden indicar un intento de apreciación estética por parte de especies pre – modernas. En muchos yacimientos han aparecido objetos cuya única intencionalidad podría ser sólo y exclusivamente estética. Incluso, determinadas formas de industria lítica puede responder a esa intencionalidad estética última, donde prime más lo llamativo de la forma que la propia funcionalidad del instrumento (por ejemplo, determinadas formas de bifaces triangulares de gran perfección y simetría). Incluso, algunas interpretaciones de algunos yacimientos nos pueden indicar comportamientos simbólicos con una cierta antigüedad y siempre anteriores a la aparición del Homo sapiens sapiens. Sin ir más lejos, la acumulación de restos fósiles en un yacimiento de destacada importancia como Atapuerca (Burgos) podría suponer algún tipo de comportamiento ritual.

Como hemos comentado, en tema tan escurridizo como este, donde juegan papeles importantes aspectos tan resbaladizos como el simbolismo, lo ritual, lo mental o el simple entretenimiento, la ciencia apenas puede aportar datos. En todo caso, elucubraciones y ciertas aproximaciones siempre con la duda sobre la razón última del arte (paleolítico).

Luis Pérez Armiño


No hay comentarios:

Publicar un comentario