Dime amor donde puedo hallarte,
si algún mal permite que me demore
mas, no te quepa ni la menor duda
que mil vidas pase, habré de encontrarte
Me invade cierta bravura
porfiada con tesón por mi ser,
que no relaja mi postura,
ni mi amor, ni mi querer
Siendo yo un romántico
que nota cierta presura,
pero muero por amor
invadido por la amargura
Pues las noches son noches,
demasiado largas y muy frías,
no encuentro razón alguna
hasta que no viene el mediodía
La oscuridad me la paso en vela,
la luz me despeja pero no me incita,
deseo tanto el tenerte a mi lado
que sueño ufano con que llegue el día
Mientras deambulo obsesionado
con un querer que me olvida,
al igual que hace un beato
con las cosas malditas de la vida
Escapo a mi escabrosa tormenta
cuando apareces y ti te admiro,
angustiado quedo cuando marchas
ilógico explicar el sentimiento vacío
Dicen que esto lo
susurró un gentil joven
para ganarse el
favor de una bella dama,
esa noche la
pasaron los dos muy juntos,
¿será que funcionan
tan ñoñas palabras?
A lo cual respondió
el joven…
-Que por ñoñas que
sean mis palabras…
mientras tú meneas
la manta,
yo duermo
acompañado en la cama
Nota del autor:
Que complicado es
expresar lo bello
y con que
facilidad y solo dos versos
se puede mandarlo
todo al destierro…
Ocurre con los que
intentan pasar por quienes no son,
pero que no lo
olviden nunca, tarde o temprano,
y generalmente en
el peor momento, aparece el “yo”
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