Dedicado a esa pequeña gran raza que está constituida por
poetas, juglares y trovadores, tal que tú, César Tezza, pequeño gran bardo de
los de instrumento en mano, sentimiento en boca y argumento de profeta. A
vosotros los que “sentís viviendo y vivís sintiendo”, los que sabéis donde
acaban los sueños, os dedico mi humilde poema.
Acuérdate amigo mio que la vida es como un canto,
empiezas con energía y terminas susurrando,
en tanto vas escribiendo tu propia historia,
con sus lágrimas y sus risas, en tu memoria
Son aquellos días malditos, reprobados e insanos
que muestran con dureza el camino adecuado,
donde tomas conciencia asimilando de por vida,
esa realidad humana ebria de malicia
Procura amar con esfuerzo y entusiasmo tu conciencia,
de ello depende el bienestar de tu existencia
e intenta no faltar a los principios y a la honra,
pues arrojarás con violencia al ostracismo tu persona
Más por digno, valiente y entregado,
tu grandeza de caballero te has ganado,
esgrime con orgullo esa espada de donde brotan,
palabras cadenciosas, juguetonas y seductoras
Que por aprendiz y novicio no has quedado,
neófitos somos el resto que te escuchamos,
con el descaro que tratas a las notas,
tirano del estribillo, el arpegio y la estrofa
Podrás estar seguro de que el éxito y la gloria
se escriben con letras de trabajo, ingenio y oratoria,
entierra a los fantasmas que torturan tu pasado,
el ciclo de la vida de sentido, los ha despojado
Desgárranos tu alma con destreza y maestría,
sedúcenos con ese indómito baile de lascivia,
cuyo manto envolvente se apodera de los sentidos,
consiguiendo con sutileza secuestrar el raciocinio
y que tu palabra haga mundo, gaucho de la pampa leonesa
Espero que en esta tu segunda presentación del libro te encuentres con una mejor fortuna.
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