martes, 12 de junio de 2012

El aliento del Leviathan

Muy Señores míos:

Es hoy, por ser un día igual que ayer, y sin embargo, con un ánima más presente en mí ser, que he decidido lanzar esta crítica que carece de originalidad, pues considero que son muchos los que opinan de esta manera. 

No entiendo la razón villana y la aptitud felona que han adoptado ustedes. Si no perciben el asunto que quiero transmitirles, no se preocupen, que les refresco el seso. Entiendan que es para mí un contratiempo sufrir los fallos y negligencias que se producen, con más frecuencia de la que yo quisiera, en el producto contratado con su compañía y por lo tanto incidendencias que me son ajenas. Pero, pacientemente, me alecciono en la compresión hacía la empresa que dirigen. Una imperturbabilidad que no tienen ustedes si alguno de sus sufridos clientes no les abona el recibo en los plazos convenidos. Pero está en mi raciocinio, aunque la frecuencia de mis desaciertos y su intensidad diste mucho de las molestias que ustedes causan, valorar el hecho de que todos podemos equivocarnos, hasta ahí bien.

Si hay un pequeño asunto que me produce cierta presión en el dídimo y su mellizo. La causa de tan molesta situación se halla en la tremenda incorrección de hacerme abonar la llamada que les hago para que me vengan a reparar las ya citadas y periódicas incidencias provocadas por su gestión y por lo tanto, recalco esto último, en circunstancias extrañas a mi. Supongo que sea para evitar la saturación producida por las llamadas vacuas, o por el hecho de que elegancia y corporación se han divorciado hace tiempo, coqueteando éste último con la avaricia. Mi obtusa mente, por lo que veo muy obtusa, no llega a comprender la razón de tener que embolsarles una cantidad de dinero como pago a su negligencia e incompetencia. ¿Qué culpa tengo yo? ¡No lo entiendo!, ¡no Señor!

Disculpen si no les detallo donde pueden meterse sus 902, aunque sospecho que no querrán saberlo. Espero no haberles contrariado con mi humilde ruego. Sin más asunto, me despido.

Atentamente:

Cualquiera de sus usuarios.

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