En el fragor de la noche,
empachado de alcohol,
un alocado mancebo,
buscaba un poco de amor
Con más bragueta que pensar,
acechaba a esa doncella,
con la que pudiese pernoctar
Con los morros caídos
y ojos a medio cerrar,
explotaba “su encanto”,
con increíble necedad
Pasaban las horas
aumentaba la embriaguez,
nuestro amigo sucumbía
ante la estupidez
Si rumbo, y con la elegancia perdida,
no importando quién pudiera ser,
no importando quién pudiera ser,
acosaba a todo aquello que se movía
No era feo nuestro amigo,
pero su etílica ansiedad,
espantaba a guapas y feas
y a cualquier ser vivo del local
Cuanto más desesperaba
nuestro “joven actor”,
más se precipitaba
en la actuación
Desinhibido y con el “calentón”
se insinuó a orto mancebo,
quiero pensar que por error
Con los primeros rayos del día
pasó, lo que había de pasar,
con el rabo entre las piernas,
nuestro amigo se echó a andar
Caminó hacía su hogar,
a amarse a si mismo,
lo que venía siendo,
de toda la vida, su especialidad
No desesperes, que la siguiente es la tuya
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